Cuando éramos niños nuestro padre construyó su casa en este hermoso lugar, nuestro rincón preferido del planeta, a donde huimos del mundanal ruido y nos desconectarnos de la inercia citadina, abrazando la naturaleza y respirando aire puro
Por este razón decidimos construir pequeñas cabañas ecológicas, en donde podamos compartir nuestro pedazo de cielo con huéspedes que valoren la vida sencilla y la energía sanadora de las costas manabitas